sábado, 29 de diciembre de 2012

A.

Mirarte al espejo.
Mirarte por delante.
Dar la vuelta.
Mirarte por detrás.
No gustarte.
Y vuelta a lo mismo.
Eso me pasa a mi y a millones de personas más, pero a ellas no las conozco, así que hablaré por alguien que conozco la perfección, yo. Me puedo pasar hora y horas delante de un espejo, en lo que miro y me pruebo cosas que al final no me gustan puestas en mi, por eso, suelo llevar chaquetas o sueters, por eso, simplemente pretendo no llevar nada ajustado.
No, no digo que esté gorda, porque yo se que no lo estoy ni mucho menos pero tengo mucha cadera, muchísima, a mi, al menos, me lo parece, y ¿forma? ¿Eso que es, se come?
No me puedo quejar, total, es mi cadera, es mi pecho, es mi cuerpo no puedo hacer nada para cambiarlo, no se pueden chasquear los dedos y pensar que todo cambia de la noche a la mañana. Vale, parezco superficial, puede ser, pero para mi, una de las cosas más importantes es estar agusto con una misma, pudiendo mirarte al maldito espejo y sonreírte.
Adiós y hasta un día de frío en este caluroso Diciembre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario